Su ex casi la mata, mientras estaba hospitalizada le robó y ahora vende sus cosas por Facebook

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Varios estudios de prestigiosas instituciones revelaron que, en esta larga etapa de aislamiento social, como consecuencia de la pandemia de COVID, los casos de femicidio o intentos de estos han crecido en forma exponencial. Una de esas víctimas, Estefanía Silva, relató a época -a un mes del hecho y con su expareja y atacante aún prófugo de la Justicia-, el calvario que le tocó vivir y las secuelas que dejó aquel ataque. Sus miedos y las sospechas de encubrimiento en el entorno familiar del “buscado”. Mientras ella peleaba por su vida, su perpetrador habría aprovechado para robarle todas sus pertenencias que, época pudo constatar que se estarían vendiendo por Facebook.

“Él está protegido. Hay mucha gente que lo está encubriendo en el entorno familia. Yo perdí muchísimas cosas con esta situación. A mí me arruinó la vida”, así y sin medias tintas, Estefanía abrió el diálogo con época.

“Perdí mi trabajo. Me quedé en la nada. Yo cuidaba chicos y ancianos y ahora no puedo trabajar, ni pagar mis deudas. Estuve mucho tiempo internada y ahora tengo que intentar conseguir algo para poder afrontar las secuelas de este ataque. Muchísimos remedios, cremas y un tratamiento psicológico que me va a llevar un año y todo sale de mi bolsillo”, agregó la joven madre.

“Me quedé sin cama, sin tele, sin plancha, sin heladera. El ataque ocurrió a las 20:30 o 21 del Día de la Madre. ¿Irónico no? Justo el día que debía festejar, casi me matan a golpes y quemada, y me mandaron al hospital. Estuve muchísimos días en terapia intensiva a raíz de mis heridas. Esa noche tenía que ir a celebrar junto con mi mamá y mis hermanos, cuando Álvaro Villalba me dio una descomunal paliza, me roció con alcohol y me prendió fuego”, recordó Estefanía, casi con vos quebrada por recordar, quizás, el peor momento en su vida.

La mujer dijo que mientras ella peleaba por su vida en el hospital, Villalba llegó a la casa que compartían y una vez allí “arrancó la tele, se llevó bastante ropa suya, se llevó todas mis cadenitas, anillos, aritos y collares de oro y plata mia, de mi hija. Además de otras alhajas, también un par de zapatillas mias, mis camperas, se llevó una panquequera, una licuadora, un juego de vasos y jarras de vidrio, cosas que nosotros habíamos comprado con el tiempo. Mis anillos, collares, hasta las pulseras y aritos de oro de mi hija, se llevó todo. Y cuando yo seguía hospitalizada, la madre volvió a pedido de él en la semana, y se llevó lo que faltaba. Acá no hay amigos que lo cubren, sino su propia familia”.

El apoyo cercano
La impunidad de Villalba sería tal, que hasta estarían ofreciendo en venta por Facebook electrodomésticos adquiridos por la pareja, con la finalidad de seguir manteniéndose prófugo con dinero de la venta de estos aparatos, según pudo constatar época, por capturas de pantallas recibidas en nuestra Redacción, corroboradas por la víctima.

De confirmarse esto con la Policía, quedaría más que claro que al menos la familia sigue teniendo contacto con el prófugo, por lo que entonces cabe la pregunta. ¿Por qué aún no logran detenerlo?

“Nadie me puede contestar esa pregunta. Sólo agradezco que mi hija de 7 años no presenció semejante ataque, sino quien sabe si no se agarraba con ella también y hoy podrían estar contando una verdadera desgracia”.

Allegados a la familia de Estefanía relataron a época que Villalba se habría creado varios perfiles “truchos” en Facebook, desde donde amenaza a todas aquellas personas que están colaborando de alguna u otra manera con Estefanía.

Hoy la víctima del intento de femicidio está afrontando sola un costosísimo tratamiento médico, que incluye medicamentos y una crema Iruxol Colagenasal/Cloranfenicol muy difícil de conseguir y aún más complejo afrontar su costo. Sólo pide ayuda con algún tipo de trabajo que pueda hacer, ya que necesita recuperar su actividad, pagar sus cuentas y mantener a su hija de 7 años.

Mientras tanto Álvaro Villalba continúa en calidad de prófugo y la Justicia ya emitió órdenes de captura sobre él, pero desde hace ya más de un mes goza de total impunidad para moverse sin ser tocado.

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